miércoles, 25 de mayo de 2011

Por buen camino

Jesús parece haber despertado de un largo sueño. Ahora está mucho más atento a todo lo que pasa a su alrededor. Suena el teléfono y dice “alo”, tocan la puerta y dice “¿Quién?”, llega la hora de tomar la leche y dice “teta, teta”, nos acercamos a la puerta para salir y dice “calle, calle, calle, calle”, repito casi todo lo que escucha, inclusive lo que escucha de la televisión. Son poco los momentos en que está tranquilo. Como todo niño es inquieto.